El cine se inauguró como espectáculo en París en 1895 en blanco y
negro. El cine en color no llegó hasta 1917 donde apareció el color en mano de
la compañía echnicolor, aunque en un proceso más rudimentario que sólo
utilizaba dos colores, que evolucionó a lo largo de los años 20 y primeros del
30, hasta que en 1934 se estrenó la primera película con una escena de acción
real en Technicolor de tres colores. Poco después Becky Sharp (1935)
sería el primer largometraje íntegramente rodado a color. A pesar de todo ello,
las complicaciones de rodar a color (se requería el triple de luz que con el
sistema de blanco y negro y cámaras tres veces más grandes y pesadas) hizo que
el cine en blanco y negro siguiera predominando una década y media más. Con la
evolución y simplificación de Technicolor así como la aparición de otras
compañías de cine a color, el cine en blanco y negro quedó destinado a
películas de bajo presupuesto o en las que era necesario por razones
exclusivamente artísticas.
El color proporciona mayor adecuación a la realidad, ya que el mundo es
en colores y no en blanco y negro. La luz es un elemento imprescindible para el
lenguaje cinematográfico. La iluminación crea sombras, arrugas, rejuvenece o
envejece, crea efectos psicológicos del personaje, en función de donde se
coloque cambia la atmósfera de la película. La utilización del color en el cine
hace más reales las escenas que se visualizan actualmente. Los cambios de color
se realizan por métodos digitales.
El color sirve para centrar la
atención, favorecer el ritmo de la narración y dar fuerza a determinadas
escenas. Cada color tiene un significado -Pictórico: intenta evoca el colorido
de los cuadros.
- Histórico: intenta recrear los colores de una época.
- Simbólico: este color se usa para subrayar algún efecto.
- Psicológico: cada color produce un efecto diferente en el
ánimo: colores fríos (verde, azul, violeta) deprimen y los cálidos (rojo,
naranja y amarillo) exaltan.
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