El cine por un tiempo fue
considerado una captación menor, incluso un número de feria. Además, la
técnica no había solucionado el problema del sonido, motivo por el que
las funciones incluían un piano y un narrador (ver cine mudo). Pero en
este tiempo surgieron la mayoría de los géneros cinematográficos (ciencia
ficción, históricas o de época); el género de la comedia musical, no surgió
hasta el invención del cine sonoro.
El cine sonoro es aquel que
acompaña a las películas con sonido sincronizado o tecnológicamente
aparejado con la imagen. Por su parte el cine mudo es aquel que carece sonido,
basándose únicamente en imágenes. Cuando no existía el cine sonoro los
directores (de cine) y proyectistas se habían preocupado de crearlo, pues el
cine nace con ese empeño.
Hacia el año 1926, el cine mudo
había alcanzado un gran nivel de desarrollo en la imagen y movimiento de
la cámara. En el cambio al sonoro Chaplin decidió no abandonar el cine mudo,
porque pensaba que si cambiaba sería su fin, por lo que sus películas
perdieron un poco el atractivo frente a las nuevas películas sonoras que
empezaron a producirse a partir de 1929. No quería que su personaje, Charlot,
que había creado con tanto trabajo, hablara. De hecho, aunque El gran dictador
(The Great Dictator) y en Candilejas Chaplin sí habla, el personaje del
vagabundo Charlot nunca lo hizo en una película, ni siquiera en Tiempos
Modernos donde el resto de los personajes sí lo hacen. Chaplin rodó Luces
de la ciudad como película muda, pero con música grabada dentro de la película,
compuesta por él mismo. La banda sonora incluía una versión instrumental de La
violetera del español maestro Padilla. Chaplin había conocido esta canción en
la voz de Raquel Meller, que entonces triunfaba en los Estados Unidos y a quien
deseó incluir como protagonista femenina (sin conseguirlo). En 1936, es la
última película en la que aparece Charlot como personaje. Aunque es una
película sonora, en realidad su personaje no habla demasiado, y sigue
manteniendo el lema de las demás películas mudas. Los sectores del cine
en Estados Unidos se enfadaron con esta película, que es considerada una de las
obras maestras de la historia del cine.
Los primeros experimentos con
el sonido en el cine llegaron de la mano del físico francés Démeny, quien en
1893 inventó la fotografía parlante. En 1918, se invento el sistema sonoro
Tri-Ergon, que permitía la grabación en directo. Los estudios Warner Bross, en
1927, se encontraban en una situación financiera delicada y apostaron por
integrar el nuevo sistema de sonido. Al ver que tenían tanto éxito, todas las
compañías cinematográficas empezaron a experimentar con el cine sonoro y el
cine mudo quedó olvidado. La aparición del cine sonoro introdujo grandes cambios,
por ejemplo: la cámara perdió movilidad quedando en la posición fija del cine
primitivo y la imagen perdió parte de su importancia cediéndole ésta al
diálogo. El cine sonoro hizo que la función que cumplía el conjunto musical al
acompañar al cine mudo desapareciera. El silencio cobra importancia como
nuevo elemento dramático por el cine mudo. Se introduce el concepto de banda
sonora (composición musical que acompaña a las películas).
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